viernes, 6 de septiembre de 2013

¡He dado Reiki a mi madre!



Una de mis experiencias más bonita de Reiki ha sido dar Reiki a mi madre. Ella vive en Budapest, yo en La Coruña y cada año en agosto me visita. Le encanta la mágia de Galicia: sus playas salvajes, sus bosques frondosos, su gente amable y el marisco. :)

Este año le he preparado una sorpresa. No le había dicho que hice el primer nivel de Reiki, que había comprado una camilla, había reorganisado la habitación pequeñita y había practicado mucho, mucho, mucho...

Cuando entró en la habitación en oscuras (iluminada sólo con la luz de una vela) su primer reacción ha sido: "¡Que bueno, me das un masaje!" Beeep.... Falso. La llevé al sofá y le conté brevemente que es el Reiki y le dije que quiero darle Reiki. Mi madre es católica, y aunque el Reiki no tiene que ver con la religión yo temía que puede que lo rechazará. Por suerte lo aceptó.



Mi madre estaba muy nerviosa; varias veces abría los ojos, movía en la camilla y después de 10 minutos me pedió parar. Ella tenía dolor en el pecho y taquicardia. Interrumpimos la sesión. Mi madre me tranquilizaba que debe ser algo psíquico y sólo está causado por los nervios. En un cuarto de hora se normalizó todo.

La misma noche mandé un mensaje a mi maestra de Reiki y le comenté lo ocurrido. Ella me sugirió a hablar con mi madre sobre el Reiki y de sus miedos con más detalles y seguir con el Reiki. Aquella noche mi madre me contó que tenía miedo de la camilla. Le recordaba a la mesa de operaciones. Sentía como si no pudiera moverse, como si estaría atada.

El día siguiente hemos vuelto a montar el caballo y esta vez mucho mejor. Hemos cambiado la camilla por la cama y en vez 45 minutos hemos hecho una sesión de 10 minutos. Ambas disfrutabamos de unas experiencias únicas. Estaba relajada, varias veces quedaba dormida y después me contaba que sentía un calor agradable.

Antes de mi madre había dado Reiki a varias personas, pero con ella ha sido distinto. Pienso que es por la intimidad que hay entre madre y hija. He aprendido más con ella que hubiera hecho sola en un año. No sólo notaba calor en los manos, pero varias veces empezé a sudar. Dejaba que la energía guia mis manos. Además era la primera vez que podía acariciar la aura de una otra persona. Era maravillosa. Daba Reiki pero no sólo con mis manos. Cuando estaba sentado al lado de su cabeza, al séptimo chakra me acerqué con mi coronilla a su coronilla. Una experiencia muy interesante: unos vibraciones y pensamientos, y después la calma.

Durante las dos semanas que mi madre estaba de visita, cada día hicimos el Reiki. Como mi madre iba acostumbrando a las sensaciones, cada vez aumentabamos el tiempo y en los últimos días ya hemos pasado de la cama a la camilla. (¡Mi espalda lo agradecía!)



¿Habíais hecho Reiki dentro de vuestra familia? ¿Que experiencia habíais tenido? ¿Habíais notado algo distinto haciendo Reiki a ellos?



fuentes: http://www.flickr.com/photos/magnuscanis/352864390




4 comentarios:

  1. Me encanta el tono que les das a tus notas.

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  2. Hola, bienvenida a mi casita y al mundo del Reiki. Ser canal y poder ayudar a las personas es fantástico. Yo estoy encantada con todo lo que estoy aprendiendo. El mundo espiritual no tiene nada que ver con la Religión, no hace falta que creas, sin embargo, en Reiki Serafín, sí tienes que creer, puesto que trabajas con la amorosa energía de los ángeles serafines que son los que están más cerca de Dios.

    A disfrutar!

    Besotes!

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    1. Hola Ion,

      muchas gracias por tus amables palabras.
      Yo hice el primer nivel del Reiki Usui Tibetano. :)
      un abrazo
      Titi

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